
Cuando estamos en búsqueda activa de empleo, siempre nos centramos en preparar un currículum vitae actualizado y original que nos haga destacar sobre los demás. Pero ¿sabrías cómo hacer una carta de presentación correctamente? Este documento siempre debe acompañar al currículum, sobre todo si no lo entregamos en mano. Cumple dos funciones básicas, que son la respuesta a una oferta publicada o la presentación espontánea a una candidatura. En ambos casos será necesario que la empresa contratante conozca algo más sobre nosotros. Sigue leyendo para descubrir en qué se diferencia entre documento con el currículum vitae. Y para aprender cómo hacer una carta de presentación que te ayude a alcanzar tus objetivos.
Diferencias entre currículum vitae y carta de presentación
Para saber sacar el máximo partido a ambas herramientas, es primordial que sepamos diferenciarlas. ¿En qué se asemejan? ¿Por qué las distinguimos? El currículum vitae nos sirve para hacer un resumen de nuestra formación y experiencia. En él podemos incluir títulos, empleos anteriores, habilidades profesionales, etc. Y su extensión debe ser de una o dos páginas, aunque dependiendo del caso puede ampliarse.
Sin embargo, la carta de presentación tiene que ser mucho más concisa y mostrar de manera clara por qué queremos trabajar en la compañía a la que nos dirigimos. En ella explicaremos, de la manera más profesional que podamos, los motivos por los que creemos ser el candidato perfecto para el puesto. El principal objetivo de este documento es llamar la atención del destinatario. Así, conseguiremos que nuestra candidatura destaque por encima del resto. Es el momento de que saques todo tu arsenal y lo sepas orientar correctamente.
Pasos para saber cómo hacer una carta de presentación
Ahora que tienes claras las diferencias entre currículum y carta de presentación, debes aprender una serie de pasos básicos para preparar la tuya. Existen diferentes modelos de cartas de presentación, y todas pueden ser adaptadas a tus necesidades. Lo primero que debes tener en cuenta es a qué tipo de empresa te estás dirigiendo. Esto definirá el estilo de redacción y los puntos a tratar en la carta.
En segundo lugar, analiza cuáles son tus mayores virtudes profesionales. ¿Qué valor añadido puedes aportar con tu trabajo? Será en estas cualidades en las que tendrás que centrar el contenido de la carta. Pero no exageres ni te sumes logros que no has conseguido. Se trata de ser sincero y potenciar tus aptitudes reales.
Como tercer punto clave, es importantísimo que no hagas una carta de presentación estándar para enviar a muchas empresas. Aunque al principio pienses que esto te ahorrará tiempo, lo que te acabará quitando es el puesto. Las compañías contratantes quieren ver tu interés en su oferta, saber qué puedes aportar a su equipo y por qué deben escogerte a ti y no a otros candidatos. Y, desde luego, con una carta general destinada a cualquier empresa, no conseguirás llamar su atención positivamente. Así que no olvides personalizar y dar lo mejor de ti. Es la mejor forma de saber cómo hacer una carta de presentación y alcanzar tus metas.